miércoles, 17 de marzo de 2010
Permanencia e impermanencia
El verdadero Ser es No Ser. Eso quiere decir que es un fluir.
Crees que si llegas a "algo" entonces ahora eres.
Decimos: “Soy maestro”; “soy terapeuta”; “soy ingeniero”, etc.
Pero algo dentro no te deja sentir esa completitud.
Es la intuición de la impermanencia.
Intuitivamente sabemos que eso no es fijo, es efímero, es transitorio.
Esto es muy bueno, intuimos la impermanencia de la vida.
Si nos sumergiéramos en la impermanencia descubriríamos que el no ser es el ser verdadero.
No ser es que no me fijo en un estado de ser permanente.
El ser no es un estado, el ser es ir siendo el cambio constantemente.
Es ir muriendo y naciendo.
Pero estamos tan fijados a la búsqueda de la permanencia que eso nos genera angustia.
Decimos: “necesito seguridad”, “necesito que me asegures que las cosas van a ser así”, “esto es para siempre”, “siempre voy a estar”. Todo es miedo y búsqueda de seguridad. Eso es una sensación como de freno, de frenar la vida. Intuitivamente lo sabemos, pero nos da una falsa sensación de seguridad.
Déjalo correr, que te lleva a buen puerto.
¿Tenemos una idea rígida de una felicidad permanente y eterna? ¿Y de donde sacamos eso? Es una creación del pensamiento, algo falso.
Al ir tras esa creencia al final no somos felices. Terminas no siendo feliz, porque buscas la felicidad.
Hay que observar de donde viene eso. Es como un sentimiento de estar en falta. ¿No será que vino del mundo que nos rodea? Alguien nos dijo o nos sugirió eso. Además no solo alguien puede haber lo dicho, las personas que nos rodean viven así también, por lo cual nosotros crecemos en un mar de emociones en el cual eso ya está implícito.
La percepción de la impermanencia crea un estado mental ideal donde hay felicidad y plenitud permanentes. Sin embargo si hay algo permanente en nosotros, algo que ya es, entonces no tiene sentido buscar una permanencia porque ya la tenemos. Buscamos la permanencia porque vemos la transitoriedad de la vida.
Entiéndase que este es nuestro juego mental actual, más allá de si hay o no un D’s permanente. Este es el juego mental que hacemos y que nos mete en grandes líos.
Es el pensamiento que necesita algo fijo para darse continuidad, que al ver que no la hay entonces busca crearla. El miedo es ni más ni menos que a desaparecer.
Daniel Curbelo
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