miércoles, 17 de marzo de 2010
El estado natural
Sahaja es un término sánscrito que signfica: el estado natural del sabio liberado, ese es el concepto fundamental. Ese estado natural lleva en sí mismo la paz, la serenidad, el sosiego interior. Se han inventado un montón de técnicas para acceder a eso.
Es un sentir completamente descontracturado, sin preocupación por el tiempo por lo cual no hay ansiedad, estado relajado donde parece que nada importa. Entre las técnicas que podemos citar tenemos el Yoga, el Tai Chi, Chi Kung y diversos ejercicios bioenergéticos, también el baile y la sexualidad en un contexto de armonía y conexión profunda con el otro.
¿Cuándo o por qué el hombre perdió la naturalidad? Hay quienes especulan que la inversión magnética de los ejes del planeta hizo que el hombre perdiera la memoria y por lo tanto que esta fortaleciera luego para compensar. Eso permitió al hombre cambiar su foco de conciencia a una percepción fragmentada de la realidad y a basar su vida en la memoria y el recuerdo. Es obvio que no se puede vivir sin la memoria, pero la idea de esa concepción es que la memoria estaba sujeta a una percepción superior de la conciencia. Esto puede haber ocurrido hace unos 780.000 años.
En las parábolas bíblicas del hombre que pierde una oveja y la encuentra, o la del hijo pródigo vemos que Jesús intenta destacar el gozo interior que se produce cuando hay ese reencuentro con lo perdido. Algo se perdió y luego se encontró, entonces hay gozo.
El Vijñana Bhairava Tantra, un texto tántrico antiguo nos dice:
48. O también, al volver a ver a alguien de la familia después de una larga separación, ¡que inmensa alegría! Que se contemple esta felicidad que acaba de surgir, que uno se absorba en ella, que el pensamiento se identifique con ella.
49. En esa expansión de alegría que procuran el alimento y la bebida, hay que entregarse sin reserva a la plenitud experimentada (la plenitud en sí, separada del objeto): así se accederá a una felicidad perfecta.
50. Si el yogui se funde en esa felicidad sin rival que suscitan los cantos y otros placeres estéticos, su pensamiento muy tranquilizado, todo mezclado a ese disfrute, él se identificará con la felicidad misma.
51. Ahí donde la psique encuentra su satisfacción (y queda aquietada), ahí mismo (en esa quietud y en esa satisfacción) se debe quedar fijada sin dudas: porque es ahí donde la esencia de la suprema beatitud se revela sin restricción.
52. Cuando el sueño no se ha impuesto todavía, y, sin embargo, el mundo exterior desaparece, en ese estado, la incomparable Diosa aparece.
Vemos que el gozo, la alegría, el canto, el baile, la sexualidad, el reencuentro con alguien que amamos y varias actividades de lo cotidiano tienen en sí mismas la puerta de la plenitud. Ambos textos nos tratan de mostrar un estado superior de conciencia, un estado de gozo y amor que el hombre vive en determinados momentos. Ambos textos nos hablan de que es posible vivir en ese estado de gozo. Lo importante es aprender a entrar en la alegría natural que está a nuestra disposición.
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