miércoles, 17 de marzo de 2010
Ir siendo
Algunos comentarios del Vijnana Bhairava Tantra:
Oh, belleza de ojos de loto, de tacto dulce, cuando estés cantando, viendo, saboreando, sé consciente de que existes y descubre lo eterno.
En todo momento de la vida es lo que decimos de ir siendo, viviendo conciente de nuestro existir. No reprimas, no te evadas, el Tantra te invita a vivir conciente hasta el final, sin dividir, sin fragmentar, sino que en ese espacio eterno en el que estás vas percibiendo el canto, el sabor, lo que va ocurriendo.
En cualquier cosa en que encuentres satisfacción, en el acto que sea, cristalízala.
¿Qué hacemos normalmente? Nos escapamos de la satisfacción, nos evadimos, la reprimimos, le ponemos un nombre, la guardamos en el baúl de los recuerdos para poder reproducirla nuevamente. De esta manera no podemos sumergirnos en la realidad de esa satisfacción. Intentémos ser completos en esa emoción, yendo hasta el final.
Cuando estás a punto de dormir, cuando aún no te has dormido y la vigilia externa desaparece, en ese punto se revela el Ser.
Hay un punto intermedio entre el estado de conciencia cotidiano y el momento exacto de que se duerme el cuerpo. Si encuentras ese punto entras a otro estado de conciencia, ocurren revelaciones...
Así como las olas llegan con el agua y las llamas con el fuego, así lo universal ondea con nosotros.
La corriente de vida va y viene, surge y se esfuma. La conciencia universal está todo el tiempo a nuestro alrededor. Cuando vemos atentamente no hay “yo”, es esa conciencia, ese espacio sagrado el que está viendo.
Dondequiera que tu mente esté vagando, interna o externamente, en este mismo lugar, esto.
Eres el espacio, los pensamientos están pasando, pero eres el espacio donde ocurren. La mente no es tu enemiga, ocurre en el espacio, como si fuera un hecho. Ese pensamiento que constantemente te atormenta es también un hecho en el espacio, un sonido en el espacio. No te pelees con eso. Como no hay interno ni externo, el espacio mismo eres tu, pero eso ocurre en tu cerebro, el espacio no está afuera de ti, no hay afuera, no hay distancia, porque eso lo crea tu pensamiento.
Cuando estés lúcidamente consciente a través de algún sentido específico, mantente en la consciencia.
La conciencia es percepción directa de la verdad. Lo que ese sentido está percibiendo que no sea traducido por la mente, a través del nombrar, del describir, que se perciba sin la palabra. Que el sonido se escuche sin el nombre. Que se deguste sin nombrar el sabor, que se vea sin el pasado, viendo, escuchando, percibiendo todo como nuevo.
“Así dhyana consiste en tomar conciencia de que nuestra naturaleza es como el espacio, y que los pensamientos y las sensaciones van y vienen dentro de esta "mente original" como los pájaros en el cielo, sin dejar rastro.” Alan Watts
“Si uno posee este conocimiento, es contemplación sin contemplar, sabiduría sin saber, práctica sin practicar. (4. 193) Todo cultivo de la concentración está mal orientado desde su punto de partida. Pues ¿cómo va a ser posible obtener la concentración cultivando la concentración? (1. 117)
"Si hablamos de actuar con la mente, esta acción ¿consiste en una actividad o en una inactividad de la mente? Si es inactividad, no seremos diferentes de los tontos vulgares. Pero si dices que es actividad, entonces está en el dominio del aferrarse, y quedamos atados por las pasiones. ¿De qué modo, pues, podremos obtener la liberación? Los sravakas cultivan la vacuidad, se demoran en la vacuidad, y quedan presos de ella. Cultivan la concentración, se demoran en la concentración, y quedan presos de ellos. Cultivan "la tranquilidad, se demoran en la tranquilidad, y quedan presos de ella. . . Si actuar con la mente es disciplinar la mente, ¿cómo vamos a decir que esto es liberación?” Shen Hui
“En el Budismo no cabe hacer esfuerzos. Sé ordinario y nada especial. Descarga tus intestinos y tu vejiga, ponte la ropa, come tu comida. Cuando estés cansado, vete a acostar. Los ignorantes quizá se rían de mí pero los sabios comprenderán... Cuando vas de un lugar a otro, si consideras que cada uno de ellos es tu hogar, todos ellos serán genuinos, porque cuando las circunstancias se presentan no debes tratar de cambiarlas. Así tus sentimientos usuales, que producen karma para los Cinco Infiernos, por sí solos se convertirán en el Gran Océano de la Liberación” Lin Chi
Daniel Curbelo
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Una nueva percepción
“Provoca una nueva percepción, que no escoja, sino que deguste la realidad vivificante que se da serenamente”. Tut Farrayah
Los maestros dicen de no elegir, no escoger. Cuando eliges estás en los opuestos, no hay espontaneidad. Nuestra cultura se basa en elegir, en opinar, en estar permanentemente en aquello de que “a mi me parece...”.
Hace poco ví que se promocionaba un curso de métodos para enseñar a meditar. A esta altura me parece demencial, pero cada loco con su tema. Como la meditación es algo espontáneo no veo cómo van a hacer para enseñar espontaneidad. Como la comprensión es algo súbito y a la vez energético no veo cómo harán para enseñar comprensión.
En general tratamos de eliminar lo malo, para ser buenos. Creamos un “hombre bueno”, que se opone a el “hombre malo”. Ambos son lo mismo, es la misma mente.
Conocí el caso real de una persona que dijo haber estado más de veinte años sin mirar una mujer, dijo que miraba para abajo, hacia el piso. Esa era su lucha contra la lujuria, para dominarla, controlarla, etc; seguramente tenía mucha lujuria. Lujuria y no lujuria son lo mismo, ¿cómo puede dejar de tener lujuria si no tiene lujuria? La castidad no es el opuesto a la lujuria, ya que esta es de la mente.
No puedes tener orgullo, sentirte más, si no hay un “menos” con el que compararte, lo necesitas para poder sentirte más. Necesitas esa escala y en esa escala hay opuestos que son dos secciones de lo mismo.
Deseamos liberarnos, escapar de la desdicha, creamos entonces un opuesto hipotético, la liberación, el estado de liberación.
Hablamos de lo eterno y convertimos eso sagrado que otros han vivido en una metáfora, una nueva abstracción en la cual podemos entretenernos. Por algo los chinos antiguos decían: el sabio no habla. ¿Para qué va a hablar? No puede decir nada, no puede describir "eso misterioso".
Lo único que podemos hacer es abrirnos a la vida, vivir viviendo.
Recta acción
La idea de este blog es reflexionar sobre nuestra actitud frente al camino espiritual. La actitud correcta o recta acción es aquella en la cual nos entregamos al fluir de la vida, somos quien somos, no tratamos de ser diferentes.
No buscamos una iluminación, no buscamos un llegar a ser, sino que nos vamos dando cuenta de lo que ya somos. No intentamos ser maestros, sino que dejamos que el Principio Divino actúe en nosotros, se manifieste en la vida cotidiana.
Tampoco intentamos estar concientes, sino que nos damos cuenta que nos distraemos. No hacemos fuerza para llegar al éxtasis, sino que vamos viendo en el vivir aquello que nos aleja del gozo y encontramos el gozo en el fluir mágico del movimiento de la vida.
La idea de perfeccionarse también es una idea de llegar a ser algo. Si el ser es perfecto entonces ¿quién quiere perfeccionarse? Algo que no es perfecto. Los sufíes dicen: lo imperfecto es reabsorbido por lo perfecto. Toda preocupación por intentar ser perfecto viene de un auto-rechazo aprendido. Nos quedamos con la frase de Abhinavagupta:
"Aquí no se va a ninguna parte, no se ejerce ninguna técnica,
ni concentración, ni meditación, ni recitación,
no se practica nada,
no se hace esfuerzo, nada.
Entonces ¿qué hay que hacer realmente?
Solamente esto:
"No abandones nada,
no tomes nada,
permanece en ti mismo
y goza de cada cosa tal como es".
Daniel Curbelo
Caminar sin dejar huellas
Lo siguiente son algunas oraciones para reflexionar:
Si buscas paz te atormentarás.
Si buscas no buscar permanecerás en lo mismo.
Buscas lo que conoces.
Pensar en no pensar es seguir pensando.
Si esperas que algo suceda sucederá lo que esperas.
Es la respuesta que ya tienes la que hace la pregunta.
La pregunta crea al preguntón.
¿La pregunta quiere una respuesta? Si la obtiene desaparece.
¿Si comprendes que no hay comprensión, esa comprensión en qué queda?
En los opuestos no hay libertad.
La idea de liberarse es esclavitud.
La búsqueda entorpece el obtener lo buscado.
Un mago no busca llegar a algo, atrae magnéticamente la situación.
La libertad es cuando la mente se da cuenta que no puede más.
Allí entonces puede vivir el silencio.
Daniel Curbelo
Ese querer falso
Si decimos que no somos libres afirmamos la existencia de un estado de libertad o de un estado de “tendría que ser libre”. La misma idea de la libertad genera el opuesto que lucha contra ella misma.
Si tratamos de liberarnos de la codicia creamos un estado de no-codicia, pero codiciamos ese estado, por lo tanto no nos liberamos de la codicia.
Si tratamos de liberarnos de la lujuria creamos un estado mental de no-lujuria, algo así como cierta pureza ideal, pero eso es creado en función de nuestra idea de la lujuria, intentamos llegar a eso, pero es la misma lujuria modificada.
Recuerdo una vez una amiga intentó un día no enojarse, entonces se dijo a sí misma: hoy no me voy a enojar con nadie. Pasaron unas horas y en la calle un hombre le dijo una grosería, entonces ella explotó y le dijo todo tipo de insultos.
Lo que intento demostrar es que ese método no sirve, el querer ser de una manera fortalece el opuesto o crea un opuesto que tan falso como lo que queremos abandonar. Es ese querer falso el que debe desaparecer.
Daniel Curbelo
La consumación
Hemos aprendido a no consumar.
Algo nos golpea, pensamos y cuando va a salir la ira la reprimimos.
Vemos alguien que nos gusta, pensamos y cuando nos vamos a imaginar cosas otra voz nos reprime dentro de nosotros.
Miramos una puesta de sol y cuando termina no se muere ahí, decimos algo, decimos “qué linda, qué lindo lugar este, deberíamos volver”, queremos repetirla y ya no es lo mismo.
Nos enamoramos de una persona y decimos: “estoy enamorado”, “estoy viviendo el amor”, “soy feliz”. Poco a poco se va encajonando ese sentir puro en lo que ya conocemos, luego intentamos repetirlo y comenzará a perder fuerza.
No estamos tratando de decir que uno cuando siente ira se exprese y termine insultando o teniendo una rabieta. Pero parte del problema con la ira es que hemos aprendido a reprimirla, entonces se vuelve un monstruo mayor.
En el caso de la persona que estudia espiritualidad es peor, porque se le dice que no puede tener ira, que no puede estar triste, que no puede estar en caos. Sin embargo todas esas emociones son parte del aprendizaje, reprimirlas o hacer de cuenta que no existen o no deberían existir no es positivo para nuestro crecimiento.
Daniel Curbelo
El estado natural
Sahaja es un término sánscrito que signfica: el estado natural del sabio liberado, ese es el concepto fundamental. Ese estado natural lleva en sí mismo la paz, la serenidad, el sosiego interior. Se han inventado un montón de técnicas para acceder a eso.
Es un sentir completamente descontracturado, sin preocupación por el tiempo por lo cual no hay ansiedad, estado relajado donde parece que nada importa. Entre las técnicas que podemos citar tenemos el Yoga, el Tai Chi, Chi Kung y diversos ejercicios bioenergéticos, también el baile y la sexualidad en un contexto de armonía y conexión profunda con el otro.
¿Cuándo o por qué el hombre perdió la naturalidad? Hay quienes especulan que la inversión magnética de los ejes del planeta hizo que el hombre perdiera la memoria y por lo tanto que esta fortaleciera luego para compensar. Eso permitió al hombre cambiar su foco de conciencia a una percepción fragmentada de la realidad y a basar su vida en la memoria y el recuerdo. Es obvio que no se puede vivir sin la memoria, pero la idea de esa concepción es que la memoria estaba sujeta a una percepción superior de la conciencia. Esto puede haber ocurrido hace unos 780.000 años.
En las parábolas bíblicas del hombre que pierde una oveja y la encuentra, o la del hijo pródigo vemos que Jesús intenta destacar el gozo interior que se produce cuando hay ese reencuentro con lo perdido. Algo se perdió y luego se encontró, entonces hay gozo.
El Vijñana Bhairava Tantra, un texto tántrico antiguo nos dice:
48. O también, al volver a ver a alguien de la familia después de una larga separación, ¡que inmensa alegría! Que se contemple esta felicidad que acaba de surgir, que uno se absorba en ella, que el pensamiento se identifique con ella.
49. En esa expansión de alegría que procuran el alimento y la bebida, hay que entregarse sin reserva a la plenitud experimentada (la plenitud en sí, separada del objeto): así se accederá a una felicidad perfecta.
50. Si el yogui se funde en esa felicidad sin rival que suscitan los cantos y otros placeres estéticos, su pensamiento muy tranquilizado, todo mezclado a ese disfrute, él se identificará con la felicidad misma.
51. Ahí donde la psique encuentra su satisfacción (y queda aquietada), ahí mismo (en esa quietud y en esa satisfacción) se debe quedar fijada sin dudas: porque es ahí donde la esencia de la suprema beatitud se revela sin restricción.
52. Cuando el sueño no se ha impuesto todavía, y, sin embargo, el mundo exterior desaparece, en ese estado, la incomparable Diosa aparece.
Vemos que el gozo, la alegría, el canto, el baile, la sexualidad, el reencuentro con alguien que amamos y varias actividades de lo cotidiano tienen en sí mismas la puerta de la plenitud. Ambos textos nos tratan de mostrar un estado superior de conciencia, un estado de gozo y amor que el hombre vive en determinados momentos. Ambos textos nos hablan de que es posible vivir en ese estado de gozo. Lo importante es aprender a entrar en la alegría natural que está a nuestra disposición.
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Lo que deberíamos ser
¿Cuántos “debería” hay en nuestras vidas? ¿Por qué deberías ser diferente? ¿Quién te dijo que tienes que cambiar? ¿Cuándo piensas en cambiar, es tu voz la que piensa dentro tuyo? El anhelo de cambiar es sufrimiento. ¿Si no quieres cambiar, qué queda? No querer cambiar tampoco es el camino.
Cuando yo empecé con estas cosas se me habló del ego, parecía una enseñanza coherente. El ego es en la mente la causa de todas las divisiones humanas, las pasiones, la envidia, la pereza, la lujuria, etc. Ahí mismo ya se crea un nuevo sentimiento de estar en falta. Si ya lo tenemos desde la niñez ahora las filosofías espirituales nos fortalecen ese sentimiento. Pero veamos como sigue el juego mental ya que si tratamos de liberarnos y no podemos entonces sufrimos, nos entristecemos. Si tratamos de superarlo generamos más tristeza. Tratamos de liberarnos de algo ficticio que otros han creado en nuestra mente. Eso ficticio surge de un auto-rechazo. Eso ficticio se transformó en un sólido en la mente, parece real.
Eso que parece real entró en conflicto y entonces se crea una dualidad: soy de una manera – debería ser de otra manera. Luego al no poder cambiarla se generó tristeza. Luego intentamos quitar la tristeza y generamos más tristeza. Hemos quedado atrapados. Solo démonos cuenta que aquello ficticio no es real y todo caerá.
El otro problema que se genera en las diferentes escuelas espirituales es el tema del tiempo. Ya que ese cambio que se propone está sujeto a un tiempo, un proceso y generalmente un tiempo que tiene algún límite. En la mayoría de ellas se habla del fin del mundo y entonces la gente anda como loca tratando de llegar a tiempo para que los extraterrestres los salven o sean ascendidos a los cielos.
Por lo cual el planteamiento de fondo es este: o cambias en tanto tiempo o sino perecerás, irás al infierno o no te llevarán los OVNIS. En tal caso el mensaje oculto es: te quedarás solo. El miedo en realidad no es a no ir al cielo o a ir al infierno, sino que es el recuerdo del sentimiento de soledad, de aislamiento afectivo.
Después de todo esto está difícil para que un espiritualista pueda estar en paz. Con tanta locura en su cabeza es difícil sentir plenitud y serenidad. Hay que empezar viendo internamente esa búsqueda ansiosa de perfección, por ahí empieza el camino de estar en paz.
Daniel Curbelo
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Permanencia e impermanencia
El verdadero Ser es No Ser. Eso quiere decir que es un fluir.
Crees que si llegas a "algo" entonces ahora eres.
Decimos: “Soy maestro”; “soy terapeuta”; “soy ingeniero”, etc.
Pero algo dentro no te deja sentir esa completitud.
Es la intuición de la impermanencia.
Intuitivamente sabemos que eso no es fijo, es efímero, es transitorio.
Esto es muy bueno, intuimos la impermanencia de la vida.
Si nos sumergiéramos en la impermanencia descubriríamos que el no ser es el ser verdadero.
No ser es que no me fijo en un estado de ser permanente.
El ser no es un estado, el ser es ir siendo el cambio constantemente.
Es ir muriendo y naciendo.
Pero estamos tan fijados a la búsqueda de la permanencia que eso nos genera angustia.
Decimos: “necesito seguridad”, “necesito que me asegures que las cosas van a ser así”, “esto es para siempre”, “siempre voy a estar”. Todo es miedo y búsqueda de seguridad. Eso es una sensación como de freno, de frenar la vida. Intuitivamente lo sabemos, pero nos da una falsa sensación de seguridad.
Déjalo correr, que te lleva a buen puerto.
¿Tenemos una idea rígida de una felicidad permanente y eterna? ¿Y de donde sacamos eso? Es una creación del pensamiento, algo falso.
Al ir tras esa creencia al final no somos felices. Terminas no siendo feliz, porque buscas la felicidad.
Hay que observar de donde viene eso. Es como un sentimiento de estar en falta. ¿No será que vino del mundo que nos rodea? Alguien nos dijo o nos sugirió eso. Además no solo alguien puede haber lo dicho, las personas que nos rodean viven así también, por lo cual nosotros crecemos en un mar de emociones en el cual eso ya está implícito.
La percepción de la impermanencia crea un estado mental ideal donde hay felicidad y plenitud permanentes. Sin embargo si hay algo permanente en nosotros, algo que ya es, entonces no tiene sentido buscar una permanencia porque ya la tenemos. Buscamos la permanencia porque vemos la transitoriedad de la vida.
Entiéndase que este es nuestro juego mental actual, más allá de si hay o no un D’s permanente. Este es el juego mental que hacemos y que nos mete en grandes líos.
Es el pensamiento que necesita algo fijo para darse continuidad, que al ver que no la hay entonces busca crearla. El miedo es ni más ni menos que a desaparecer.
Daniel Curbelo
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Sentir el existir
En el sentir total de darme cuenta que existo hay libertad.
El darse cuenta que la existencia va siendo es el ir dejando fluir.
Ese fluir se da en el saborearse a sí mismo.
Es sentirse a sí mismo intensamente.
Es algo que lo hemos sentido muchas veces.
En el ir dándose cuenta de ese sabor de sí mismo la oscuridad va cediendo.
Ahí la vamos viendo y saliendo de ella.
La oscuridad es la conciencia negativa de toda la humanidad.
Es un monstruo colectivo.
Al identificarnos la hemos importado a nuestro mundo psicológico.
En el ir dándonos cuenta del fluir vamos abriendo la conciencia al éxtasis inefable que va siendo en lo eterno, sin tiempo.
Es cuando entras ahí que ya no hay división, pero cuando te das cuenta entonces la vivencia se ha transformado en recuerdo. Luego de allí es que tratas de repetirla, pero ahí ya tenemos otro problema.
Los maestros chinos decían: “no trates de cantar esa canción, deja que se cante a sí misma.”
Daniel Curbelo
No hay "mi mente"
El pensamiento es algo así como la atmósfera, pertenece a todos, está por todos lados.
No hay “mi mente”, eso es una ilusión. “Mi vida”; “mis cosas”; “mi mundo”; “mi familia”, ¿todas esas cosas donde quedan cuando te haces uno con todo?
¿Eres tú quien se hace uno con todo o es el Todo quien ve con tus ojos?
Si te haces uno con lo que va ocurriendo, ¿quién quiere manejar la vida?
Sin embargo en esto también hay fantasías. Nuestra mente puede crear estados psicológicos de supuesta unidad con el todo, en el cual nos fundimos pero no es más que una alucinación personal.
¿Cómo puede hacerse para estar en ese estado de unidad? Aparentemente no puede hacerse mucho, es decir aplicar algún método o algo así.
“La clave de la meditación es conectarnos con ese mundo interno y esa conexión realmente uno no tiene que sentarse y buscar conectarse, ella sola viene. Porque la clave de ese puente está en abandonar lo externo y entregarse a esa concentración, a ese relax.”
“No se debe buscar la verdad”.
“Uno no debe ponerse tan ansioso y dejarse más, dejar ser lo que uno es.”
Tut Farrayah
“Para llegar a conocer el principio se debe ante todo no pensar, no reflexionar. Para llega a comprenderlo no hay que tomar ninguna posición, no hacer nada.
Para llegar a alcanzarlo no hay que partir de ningún punto preciso, ni sentir ni ninguna vía determinada. El adagio dice: Quien sabe no habla, quien habla enseña que no sabe nada. El sabio no habla ni siquiera para enseñar.”
Chuang Tse
Daniel Curbelo
martes, 16 de marzo de 2010
Ya estás allí
Los antiguos hindúes llamaron a la Mente Universal mahat. De esa palabra deriva también la palabra mago. Mago significa aquel que vive en la Mente Universal.
Todo es Mente y el universo es conciencia. A esa conciencia también los antiguos le denominaban Shiva. O sea que si bien Shiva se presenta como un dios antropomórfico eso es algo simbólico, en un nivel más profundo es una imagen de la Conciencia Universal.
La Conciencia Universal es indivisa, no está fragmentada, a pesar de que podamos nosotros pensar que sí lo está. La visión del mundo como entidades separadas es parte de nuestra forma distorsionada de percibir. Esa forma de entender el mundo es en cierto sentido necesaria, pero se ha exacerbado tanto que es fuente de conflicto y dolor.
Esa visión fragmentada es parte del juego. Debe ser abarcada por una percepción total de la vida, en la cual la fragmentación es una herramienta para ver ciertas cosas, pero nada más.
“Nadie viene a mi si no le es dado del Padre”
Esta frase de Jesús nos dice que no podemos hacer mucho, ya que venimos a estas cosas por un mandato del cielo. En definitiva el interés por estas cosas espirituales, si es real, no viene del "yo" cotidiano que tenemos.
No hay lugar donde llegar porque ya estás allí.
Daniel Curbelo
Dhyana Tantra
Normalmente se traduce la palabra sánscrita dhyana como meditación. Sin embargo la palabra meditación no llega a describir de la forma más pura lo que significa dhyana. Tal vez la traducción más aproximada sería contemplación. De tal término procede el chino ch’an y de ahí el japonés zen.
La idea occidental de la meditación muchas veces se refiere a algún tipo de reflexión, algo vinculado al pensamiento. Luego de la invasión de gurúes y del yoga, también está aquello de poner la mente en blanco, no pensar o tal vez asociarlo con la concentración, aquello de fijar la mente en un punto.
En general occidente ha desconocido sus propias tradiciones místicas anteriores al cristianismo, particularmente en Europa me refiero al chamanismo autóctono de ese lugar, especialmente el druidismo.
Del lado de las Américas los indígenas desarrollaron técnicas chamánicas del éxtasis que pueden asociarse con la meditación.
En mi camino de investigación de todas estas cosas he pasado por varios momentos, entre los cuales puedo citar lo anterior, la concentración, el buscar controlar los pensamientos y todas las cosas que andan por ahí como “técnicas de meditación”. Luego de más de veinte años quisiera resumir en algunos puntos este tema:
1 – La meditación o contemplación natural, no consiste en sentarse, cerrar los ojos y abstraerse del mundo, mientras se escucha una música hipnótica y se aspira aroma a incienso. Más bien consiste en una atención delicada y total a toda la realidad que estamos percibiendo.
2 – Ir investigando lo que va pasando en cada uno de nosotros es parte de esa meditación.
3 – Dejar de dividir entre profano y sagrado; interno y externo; bueno y malo; espiritual y material es ir dándonos cuenta de la unidad.
4 – No hay “mi mente”.
5 – Hay una atención espontánea e instintiva.
6 – La respiración y activación del Hara genera energía que necesitamos para la atención.
7 – No hay que intentar controlar los pensamientos ni serenar la mente, es una trampa. Eso de concentrarse en un punto para dominar la mente es un disparate. Observa a los que lo hacen y verás lo rígidos que son.
8 – Los pensamientos no son tan personales como parece, escucha con atención y verás.
9 – Atender internamente implica llevar la energía hacia lo que va ocurriendo dentro de nosotros, para eso no se puede partir de prejuicios, de que “hay que cambiar”, “hay que ser mejor” y todo eso. Debe ser algo más bien científico, investigativo, libre del bien y del mal.
10 – Entiendo que la verdadera meditación está en el silencio, ese silencio está ahí siempre, pero vivimos en un bullicio y por eso no nos damos cuenta.
11 – Esto es importante: no hay meditador en la meditación. No hay un “alguien que medita”. Todo intento de control y de ejercer la atención a la fuerza es parte del problema.
Bueno, son algunas de las cosas que ahora se me ocurren importantes, seguramente hay más. Antes de terminar quisiera aclarar algunos términos también que pueden ayudarnos. Me refiero al término sahaja, es un término sánscrito que significa el estado “natural” del sabio, ese estado de comodidad no estancada, es el estado de libertad sin plan, espontáneo, sin intención de generar nada.
Otro concepto que alguna vez escuché: el judo psicológico. También se ha prestado para mil interpretaciones. El tal judo es una forma de trabajar psicológicamente con uno mismo, para el crecimiento interior.
Es una forma de abordar el mundo del pensamiento, implica la wu-wei taoísta, el no hacer – haciendo. Lo que mi Gurú indica como dejar fluir. En este judo psicológico hay que aprender a ver el problema y salirse de él. Es justamente el pensar en algo como un problema lo que lo crea. Justamente la palabra Ju significa flexibilidad. La idea del judo es la utilización eficaz de la energía para obtener el resultado deseado. No opone la fuerza contra la fuerza.
Existe un apego a emplear la fuerza contra la fuerza, hemos sido educados así y creemos que esa es la única manera, allí hay deseo de control y búsqueda del éxito a través del dominio. Para poder trabajar de esta manera se requiere sencillez, humildad, entrega y confianza en la vida misma.
Para terminar diré que la meditación es algo exquisito, algo que nos permite vivenciar la serenidad, la paz interior, el éxtasis. Pero en el momento en que dices: he meditado – entonces ya no estás meditando.
© Daniel Curbelo
La "meditacion" puede hacerte daño
La idea extendida de meditación es una persona sentada con los ojos cerrados y abstraída del mundo. Cuando decimos que no es así algunos hasta se enojan. Veamos esto que dice el poeta Tagore:
“Los que desean sentarse, cerrar los ojos y meditar para saber si el mundo dice la verdad o miente, pueden hacerlo. Es su elección. Pero yo, mientras tanto, con ojos hambrientos que no pueden ser satisfechos miraré el mundo en pleno día.” (1896)
La verdad es que muchas prácticas de meditación que andan por ahí lo que hacen es embotar la mente y estupidizar al estudiante.
El mismo Dalai Lama dice: "Los occidentales que llevan a cabo con demasiada rapidez una meditación profunda deben aprender más acerca de las tradiciones orientales y formarse mejor de lo que suelen hacerlo. En caso contrario, pueden aparecer ciertas dificultades físicas o mentales."
Incluso hay talleres de meditación que son algo así como “talleres de shock”, llevan a las personas a “meditaciones” de más de 10 horas, con exigencias al límite ignorando los efectos que puede tener eso en el cerebro.
Cuando empecé con estos estudios iba a una escuela esotérica que daba mucha importancia a la meditación. Al principio yo comencé practicando tres horas diarias de meditación, hora y media de mañana y hora y media de noche. Increíblemente lo que me pasó es que se me activó una ansiedad desmedida. Si a eso le agregamos prácticas de mantras, visualizaciones y técnicas de muerte del ego les diré que la ansiedad se me fue a las nubes. Personas de mi entorno entonces me preguntaban: ¿cómo si meditas tanto estás tan ansioso? No tenía la respuesta en ese momento.
Me pasó incluso de tener compañeros que cada vez que se sentaban a meditar les venían cosquillas, molestias corporales y demás. Eso me llamaba mucho la atención, pero tampoco entendía en ese momento.
Pasaron muchos años hasta que me di cuenta de que problema era que yo no estaba meditando y lo que se estaba enseñando no era meditación. Es más, la mayoría de lo que se enseña por ahí no es meditación, son técnicas de auto-hipnosis en el mejor de los casos.
Incluso en casos donde se aplica una disciplina fuerte con el cuerpo y la concentración el resultado es nada. Yo podía estar hasta tres horas sin moverme y con profunda concentración pero luego, tiempo después de la práctica, volvía el estado de ansiedad y nerviosismo.
El problema surge en cómo abordamos las cosas, con esfuerzo, con deseo de llegar, con la búsqueda de algo, por lo cual no es raro que se genere ansiedad. Además el contexto en el cual se enseña la meditación también influye, porque se toma como idea base que el mundo no está bien, lo cual para una mente dual significa decir: el mundo es malo. El estudiante debe buscar ese mundo divino, celestial, perfecto, por lo cual deber huir del mundo malo que se le presenta. Se le hace sentir a la persona que de alguna manera está en falta, su vida no está bien, es parte de la corrupción general en la que está inmersa la sociedad, la superficialidad, el esnobismo, el consumo, etc. Para llegar a ese mundo paradisíaco entonces tiene que meditar, lo cual se convierte en una nueva obligación. Pero no es solo meditar, tiene que desapegarse, distanciarse emocionalmente de lo que la sociedad le programó para desear, las cosas materiales, las comodidades, el dinero, ciertos placeres corporales y todas esas cosas. El intento de querer desapegarse de eso no deja de ser la necesidad de agradar a una nueva autoridad que se le impone, la autoridad divina.
Veamos lo siguiente: o estamos parados en el ser divino o no. Si la respuesta es no, todo intento por llegar a eso es producto de la mente vulgar y generará ansiedad. Lo otro viene si nos abrimos de corazón, sino no puede ser generado por el esfuerzo. Liso y llano, todas esas meditaciones de shock y búsqueda de cosas místicas no sirven, son fuente de stress.
Daniel Curbelo
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